jueves, 20 de mayo de 2010

Pessoa dejo grabado, a cuchillo, en...

...la parte trasera del larguero de su cama, este verso en inglés. Alguien, tal vez el doctor argentino, lo tradujo y lo escribió con cal sobre la puerta de entrada de la que ahora se llama la habitación de Pessoa.

Al poco tiempo de que fuese inmortalizado su poema ,  Pessoa volvió al Sanatorio, pero ahora se hacia llamar Álvaro Campos. La dirección accedió a admitir al Señor Pessoa con otro nombre, cosa poco habitual, se le consideraba un paciente, extraño, raro, pero, a la vez, un hombre tan cultivado, tranquilo, sosegado y espiritual que se hacía rápidamente querer y consentir. Unas semanas después, esta readmisión fue causa de un gran escándalo pues se descubrió que Alvaro Campos, que al fín resultó no ser Pessoa,  si no un sátiro portugues, había robado a varias pacientes seduciendolas; huyendo después con la gobernanta del Sanatorio, la señora Hilles, una oronda, hermosa y dionisíaca sajona que podemos ver aquí, en la foto de la derecha, fotografiada por Henri Lartigue.

En fin, el poema que ha quedado grabado para la posteridad, al menos para la nuestra, la de los internos del Sanatorio,  es este:
Sing to me of that odorous green eve when crouching by the marge
You heard from Adrian's gilded barge the laughter of Antinous
And lapped the stream and fed your drouth and watched with hot and hungry stare
The ivory body of that rare young slave with his pomegranate mouth!

La traducción del Doctor:
Háblame de aquel verde y oloroso atardecer, cuando tendida junto a la ribera
Escuchaste la risa de Antinoo desde la barca dorada de Adriano
Y cómo lamiste la corriente calmando tu sed y contemplaste con ardor y avidez
El cuerpo de marfil de aquel joven y singular esclavo, con una granada en los labios!

No hay comentarios:

Publicar un comentario